Esta propuesta ha sido pensada para vosotros.
En mi consulta, a menudo, veo la necesidad de un tipo de práctica sencilla para mejorar vuestra calidad de vida, para que podáis acceder a lo que estáis necesitando. Sé que en esta búsqueda, a veces se dificulta encontrar el cómo y por eso, he abierto un posible camino.
Me gustaría mucho trasladar en palabras lo que voy encontrando a través de Yoga Nidra pero aún no las encuentro y como sabes, hay vivencias que por mucho que se explican, hasta que no lo experimentas, no sabemos de qué se trata.
Hace años descubrí que la mente racional que tan a menudo es nuestra aliada, hay momentos en los que nos puede complicar tremendamente la vida.
Por un lado, la necesitamos. Por otro lado, necesitamos que ocupe otro lugar para que sea más eficaz.
Con lo que no contaba era que para conseguir esto, ella misma necesita ensancharse, descansarse.
Yoga Nidra la tiene muy en cuenta y la pone en un lugar de honor, de observador.
Con Yoga Nidra no hace falta pelearse con el hacer porque la práctica se basa en el descanso... y todo, todo lo que ocurre es lo que debe ocurrir.
Es una práctica completísima con la que podemos acceder más allá de nosotros mismos... y he aprendido que para facilitar este tipo de sesiones, tiene que haber grandes espacios de libertad para que se dén con generosidad.
...Se conjugan distintas partes… el consciente, el inconsciente, el astral…
Al principio, todo se confunde y parte del aprendizaje consiste en aprender de dónde viene.
¿Y si no lo encuentro?
Necesitarás un poco más de tiempo para llegar a encontrarlo porque es como si hubieras perdido de vista una de tus manos. ;-)
¿Y si cada vez que practico Yoga Nidra me duermo y hago una buena siesta?
Puede pasar. Yoga Nidra te dará lo que es más urgente para ti.
Si tu cuerpo necesita descanso, te dormirás.
Si tu inconsciente no acaba de fiarse, te desconectarás y parecerá que te dormirás… para luego, volver a la práctica.
Si hay cierta inseguridad o miedo a lo que se pueda abrir, te desconectarás, hasta que le dés permiso para seguir.
Podrás descubrir cuándo se da, por qué se da y cómo se da.
Ayuda a ver el punto en el que estás, lo que estás necesitando y no estás atendiendo.
Lo mejor es abrazar la práctica.
La conclusión a la que llegué muy pronto cuando empecé a practicar es que antes vivía desde un lugar muy pequeño…
Es como haber descubierto un espacio secreto que puedo acceder siempre que quiera.
Soy consciente que con veintiún días no llegamos a ser expertos, pero sí podemos inciarnos en algo muy bueno.
En veintiún días empieza a asentar un buen hábito.
A posteriori, tengo pensado algo más comprometido pero ya lo hablaremos en otro momento...
Bueno, pues, ya sabes… Si resuenas, estaré encantada en acompañarte en esta aventura.
Si resuenas, enviarme un mensaje y hablamos.
Te hago llegar un abrazo cariñoso.